domingo, marzo 03, 2019

El Ejido


Fui hasta El Ejido, en Almería, porque es difícil ir a un sitio más lejos, y allí encontré un resumen del mundo en miniatura, donde basta cruzar una calle para que todo cambie y  se vaya del todo a nada, de  Europa a África, del zoco a Mango,  del blanco al negro,  y si el mundo futuro dicen que va ser una mezcla de razas, un lugar mestizo, de culturas superpuestas, un lugar  desigual  y prodigioso al mismo tiempo, aquí es como si ya hubiera empezado. El Ejido es un laboratorio donde hay por lo menos noventa nacionalidades y trabajo para todo el mundo, pues esto es un milagro que empezó hace tiempo, cuando campesinos pobres bajaron de las Alpujarras y comenzaron a cubrir las viñas y los campos para  crear pequeños vergeles gracias al agua subterránea de Sierra Nevada, hasta hoy, que dicen que desde el aire, a vista de un satélite, lo primero que destaca en la península Ibérica es una gran mancha blanca brillando al sur, junto al mar; esa mancha que cubre el poniente almeriense y que son los plásticos bajo los que se cultivan  pepinos, tomates, pimientos, berenjenas y demás primicias que llegarán a todos los rincones de Europa. Hoy en estos campos apenas trabajan españoles, y dentro de estos invernaderos que parecen el jardín del edén,  donde un pepino da el estirón en cuando te das la vuelta, hay muchachos  que van tras un sueño imposible con el que han cruzado el mar, pero de momento tienen que doblar el lomo antes de seguir hacia arriba, hacia tierras más frías, donde piensan que todo es distinto; muchachos de Marruecos, de Mali, de Guinea, de cualquier parte, venidos con el empeño y el dinero de  la familia  a quien no pueden defraudar, gastando lo mínimo para mandar algo a casa, en busca de papeles para esquivar una ley que les condena al limbo, haciendo el trabajo que no quiere nadie, tampoco los hijos de aquellos de la Alpujarra que salieron poco a poco  p´alante, tampoco fue  un camino de rosas,  y que ahora se miran en el espejo de los recién llegados con una  mezcla de temor y de nostalgia.

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