viernes, julio 17, 2015

Escritores

El escritor Petros Makaris

Ya no vienen los que antes venían. Como aquel Arthur Miller, por ejemplo, con su mujer, la fotógrafa Inge Morath, y con el nobel antillano Walcott, que pasaron en 1997 por aquí, no muy impresionados, la verdad,  por los sanfermines, hasta el punto que algún día prefirieron irse a Zugarramurdi, en busca de brujas, lo mismo que Hemingway, según parece,  iba al Irati en busca de truchas.  Ahora se cumplen 100 años del nacimiento de Miller, de quien todo el mundo sabe que estuvo casado con Marilyn Monroe y escribió ese drama soberbio que hemos visto sobre todo en el cine: Muerte de un viajante. Miller había leído Fiesta pero evitó juzgarla. Ese libro, en realidad, lo cambió todo. De Fiesta se rodó hace mucho una película venerable, en blanco y  negro, pero no aquí sino en Morelia, Méjico, y ni Ava Gardner ni los demás pasaron por Pamplona, una pena. Ya no vienen escritores de relumbre a sanfermines, aunque sí cocineros y puede que esto signifique algo. Un escritor de lejos entiende poco de lo que ocurre, porque aquí funciona cada vez más lo centrípeto, en vez de lo centrífugo, por decirlo así. Aquí, tal vez debiera haber venido el griego  Petros Makaris, el del inspector Janitos, a quien todo el mundo quiere entrevistar ahora, que ya profetizó en alguna de sus novelas negras -nunca mejor dicho- la salida de Grecia del euro, a la que seguían, por cierto, Italia y España. Más que drama, tragedia. Makaris no se engaña sobre su país ni admite paños calientes. La culpa de lo que está ocurriendo no es del resto de Europa, sino de nosotros mismos, los griegos, dice. A su juicio, Tsipras terminará aceptando un acuerdo peor que el que más o menos rechazaron en el referéndum, donde no se sabía  bien qué se votaba. Seguro que Makaris, incluso el sagaz inspector Janitos, de haber estado en Pamplona el 6 de julio, se hubieran sorprendido mucho, pero no por la colocación de la ikurriña, que es una vieja lata,   sino por la bandera griega que también se vio en un balcón, como si fuera un ejemplo, un modelo a  seguir, una declaración de principios.  Pobre de mí.
(Publicado DN 13 julio)

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