sábado, agosto 18, 2018
Rayo
Cayó un rayo con gran estrépito a la noche, precedido de una cortina de lluvia y su explosión recordaba a la de un gran fuego de artificio, una bomba, la quiebra del cielo por algún avión supersónico. De pronto paró la música de la Ciudadela, como si el rayo hubiera fulminado al grupo de country que hacía rato se oía a lo lejos, inmune a la tormenta. Al día siguiente vi de cerca el árbol sobre el que el rayo había caído. Desde una rama alta había levantado la corteza y parte del tronco, y había seguido por la raíces, creando un reguero. Pensé que si alguien se hubiera refugiado allí estaría bien chamuscado. Este mes de agosto es de las perseidas y las tormentas. Muchas noches me he tumbado en esta yerba, no lejos el árbol, a ver pacientemente si pasaba por el cielo una lágrima de san Lorenzo o si eran aviones esas luces parpadeantes. Pensar en las perseidas, en el rayo, en el árbol, es pensar de otra manera, con otra dimensión del tiempo. Han descubierto unos gusanos que siguen vivos tras miles de años, en Siberia, junto al río Kolimá. Ese río, por cierto, da nombre a un campo de concentración del Gulag, y a los relatos de Kolimá, donde un prisionero aterido que pica en una cantera medio muerto distingue un pequeño brote ente el barro y se alegra porque llega la primavera. El hombre resiste todo. Están estudiando esos gusanos enterrados en el hielo desde hace milenios, y que han logrado resistir. Se trata de unos organismos muy simples, lo que debe ser un requisito para la longevidad. Bacterias, amebas, gusanos, una inmortalidad bien aburrida. Todo es asombroso, propio de las noticias del verano, junto a grandes incendios. El tema de los gusanos no es baladí, permite estudiar el envejecimiento y volver a la idea de la criogenización. Recuerdo que cuando era pequeño se decía que habían congelado a Walt Disney y que le veríamos renacer en el futuro. Según los expertos los gusanos recuperados del hielo son hembras y pueden reproducirse sin necesidad de machos. Todo esto demuestra, dicen, la resistencia de los seres vivos ante todas las circunstancias más extremas. Esperemos que el árbol herido por el rayo también pueda recuperarse.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario