lunes, julio 07, 2014

Sting

El cantante Sting, que ha cumplido 62 años, ha declarado que no piensa dejar ni un centavo en herencia a sus hijos. “Me lo voy a gastar todo”, ha dicho Sting, que tiene una fortuna de más de 300 millones de euros, multitud de casas repartidas por todo el mundo -con más de 100 personas de servicio- y la coartada de declararse de izquierdas, que también ayuda a sentirse bien. “Gasto mucho, pero doy de comer a mucha gente”, ha dicho, lo cual es un argumento cierto, aunque vale también para cualquier adicto al lujo.   Lo que no consiga gastarse en vida, que podría ser bastante, Sting lo va a dejar a varias ONG con las que colabora y no a sus hijos. “Ellos tienen que trabajar y salir adelante por sí mismos”, ha explicado. Tener la vida resuelta desde pequeño no anima a esforzarse, desvaloriza los proyectos que uno tiene y  no suele conducir a nada bueno. Nada tan triste como un hijo de papa con todo resuelto.  Puede que la idea de Sting no sea mala, y en el fondo responde  a la cultura anglosajona, tan distinta en esto a la nuestra. Allí,  lo que se espera es que un hijo se independice lo antes posible, y consiga salir adelante por su cuenta. El sistema universitario, además,  hace que pocos puedan estudiar en su ciudad y la movilidad se percibe como algo lógico.  Pese a los cambios enormes que dicen hemos sufrido, entre nosotros sucede todavía lo contrario, y seguimos respondiendo más bien al modelo latino, mucho más proteccionista: los jóvenes se eternizan en casa de los padres,  y aspiran a estudiar, encontrar trabajo y vivir para siempre en su propia ciudad, comprando  una casa si no la reciben en herencia. Tal cúmulo de expectativas se han venido abajo con la crisis, desde luego, pero este modelo sigue funcionando como un ideal, de tal forma que quien no lo logra es visto con cierta compasión, no como a alguien que pretende volar por su cuenta. Lo cierto es que, según leo, los hijos de Sting ya están trabajando y se valen por si mismos, varios de ellos, al parecer, en distintos grupos de rock,  un sector, por cierto, donde ser hijo de Sting debe servir de algo. 
(Publicado DN 30 junio)

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