sábado, agosto 22, 2015

Korta

Como cada agosto, los amigos de Korta, el industrial guipuzcoano asesinado por Eta hace 15 años, se han reunido en Zumaia frente al lugar en
que murió, para homenajearlo y decir unas palabras. Al acto han acudido representantes políticos y, por primera vez, el alcalde de su pueblo, Zestoa,  pero no dirigentes de Bildu.  Korta murió por la colocación de una bomba junto a su empresa en el 2000, el año en que  Eta acabó también con la vida de Fernando Buesa, López de la Calle, Martin Carpena, Juan Mari Jáuregui, Casanova, Ernest Lluch y así hasta 22 nombres que se leen todavía con un escalofrío. Mediante esta sangrienta ofensiva,  Eta intentaba que la sociedad claudicase de una vez a sus pretensiones, algo que por fortuna no ocurrió.  Korta, como el resto,  no murió porque sí. Hacía poco, como presidente de Adegi había mostrado su disposición a no pagar el “impuesto revolucionario” y reclamado que no se hiciera. Además,   en las semanas previas  a su muerte, los empresarios instaron a los partidos que se unieran de una vez frente a Eta y mantuviesen la legalidad vigente: Constitución y Estatuto. Korta, un hombre nacionalista, cercano al PNV, impulsor de la ikastola de su pueblo, se había negado a llevar escolta convencido de que no tenía nada que temer.  La fábrica que dirigía y frente a la que murió, daba trabajo a 80 empleados y hoy es un grupo pujante. Cada año merece la pena escuchar lo que se dice en su homenaje, nunca son  palabras vacías. Esta vez, en un día gris y lluvioso,  el mensaje fue  que hay que mirar hacia adelante sin odio, pero que eso requiere relatar lo sucedido con honradez y sobre todo que cada uno asuma sus responsabilidades. “No todos tenemos la misma responsabilidad, pero reconocerlo es la única manera de continuar y resultará a la larga inevitable”, ha dicho el portavoz de la familia, con la cautela que todavía hay que decir estas cosas en Zumaia, o en Zestona, y lo cierto es que se le ha entendido perfectamente. Reconocer la responsabilidad. Ya suena escandaloso,  cuando hay tantos empeñados en diluirla, como si fuera uno de esos licores demasiado amargos. 
(Publicado DN 17 agosto)

No hay comentarios: