Oí un chiste hace poco, en el que Dios va al infierno a ver a Fidel Castro, adonde le ha condenado, dice, por ser un dictador totalitario que ha causado mucho daño, y de paso, añade, me hago una fotito con él. Es como si este el viejo guerrillero vestido de verde, últimamente de chándal, nunca hubiera dejado pese a todo de deslumbrar. En el fondo, tendemos a justificar las dictaduras de izquierdas porque dicen ir contra el capitalismo, un sistema por el que sentimos un gran rechazo en teoría, aunque nos aprovechemos de él cuanto podemos en la práctica, incluidos sus más fieros enemigos. Antonio Escohotado, un pensador muy recomendable, que en su día trató en profundidad el tema de la drogas, ha publicado un largo ensayo titulado “Los enemigos del comercio”, al que considera el motor del cambio y el progreso, y señala cómo el capitalismo, que en el fondo sabemos que nos ha hecho salir de la miseria y la barbarie, nos parece a la vez bárbaro y miserable. No puede compararse la prosperidad lograda por España en las últimas décadas, por ejemplo, con la penuria y la esclerosis de una Isla donde quien puede se va y que nos mira con envidia, pero esto no termina de convencernos. O no lo suficiente, como si nos sintiéramos culpables por nuestra buena suerte. Lo cierto es que el capitalismo, como dice Escohotado, ha vencido sin convencer. Las razones de esto según él son muchas, desde herencias religiosas, pues no en vano está escrito que no es fácil que un rico entre en el reino de los cielos, hasta que resulta un sistema lleno de oportunidades -y de desigualdades-, donde uno necesita sobre todo tener suerte y ser tenaz, para salir adelante. Es como si el capitalismo nos hubiera dado toda clase de bienes, pero nos hubiera privado de ideales; como si fuera una maquinaria que marcha por su cuenta, destruyendo y creando nuevos prodigios sin cesar, cambiando el mundo de arriba abajo cada vez en menos tiempo, pródigo y alienante. Un caballo que es necesario embridar. Pero la nostalgia del amo vestido de verde oliva que lo cambia todo con su fusil, no conduce ya a ninguna parte.
(Publicado Diario de Navarra 5/XII)
2 comentarios:
"No conduce ya" ni condujo entonces, habida cuenta de la vía muerta en la que metieron a Cuba, de la que solo saldrá marcha atrás, si es que sale algún día.
Tiene razón Escohotado, el capitalismo ha vencido sin convencer. No obstante, si se toma como reproche, hay que advertir las diferencias del contexto en el que parafraseamos a Unamuno; porque, esta vez, el convencimiento no está lastrado, principalmente, por los defectos del capitalismo, sino por los prejuicios éticos y estéticos que impiden reconocer sus logros. Es difícil convencer de algo que sea cierto a quienes no saben distinguir entre una camiseta del "Che" y un argumento.
A Juan Aubreu le parece que la progresía de aquí sabe distinguir demasiado bien entre tiranos:
http://www.emanaciones.com/3096
Yo, sin embargo, no veo gran diferencia entre esta podredumbre...
http://www.havanatimes.org/sp/?p=120032
...y cierta corrupción moral que tradicionalmente padecen aquí los nacionalistas y sufren sus víctimas.
Publicar un comentario