Diario de Hendaya (12)
6 septiembre. Marte
Como tengo más canales ahora encuentro películas sin problema. En la película el hombre viaja a marte en un viaje sin retorno, para instalarse allí. La vida en la tierra le ha decepcionado, está llena de conflictos, desigualdades, guerras, crueldad, pobreza. Puede que la tierra no resista mucho más, teme. Hay que poner tierra –en este caso aire, o éter- de por medio. Mientras la nave avanza por aquellas soledades el hombre recibe mensajes de Houston, como en todo viaje al espacio que se precie, y vídeos que le han hecho llegar gentes que quieren seguir su ejemplo e instalarse también en Marte, escapar de las estrecheces y angustias de la tierra. Poder empezar una nueva vida, aun en condiciones extremas, les motiva. El principal problema para el largo viaje y para la vida en marte es el agua pero el hombre lo ha solucionado, pues viaja con un gran aparato que convierte la tierra en agua, extrayendo el hidrógeno y el oxígeno y combinándolos de nuevo. Es una torre metálica, como una gran planta, una araucaria de plata. Es algo que el hombre ha experimentado antes, perdiéndose en el desierto de Atacama. Huir de la tierra, empezar de cero. Tomar el tren -en este caso la nave- y escapar. Recuerdo que esta es la advertencia de Hawking, que dice que al hombre no le queda mucho en la tierra, que por culpa de algún conflicto nuclear, o de la imparable devastación del planeta, el calentamiento global, la pura estupidez y la violencia, a medio plazo habrá que evacuarla, salir a otro lado. Marte, el planeta rojo. Ni una gota de agua.
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