lunes, septiembre 21, 2015

Romper



Causa escalofríos ver a un representante de Navarra romper en la tribuna del Congreso de los diputados un ejemplar de la Constitución, como ha hecho el diputado de Amaiur, algo que en el fondo nos retrotrae a esa Navarra trabucaire, integrista, opuesta a las constituciones liberales que iban a  traer la peste.  Romper la Constitución en un parlamento es toda una declaración de intenciones, un  programa de máximos. Las leyes que no gustan se cambian, si uno convence, pero no se rompen a la brava. Así de fácil. Ya tiene escrito la historiadora Mari Cruz Mina, que en Navarra hay gente que ha cambiado de  ideas, pero no de forma de pensar, que en cuanto nos descuidamos sigue siendo visceral, de todo o nada, proclive al aspaviento y la descalificación del contrario, y el numerito de la tribuna lo confirma.  Aquí hay quien ha pasado, por lo demás,  de  ser acérrimo de una cosa a la contraria, pues hay quien prefiere tener un causa a la que entregarse, antes que una vida propia, que es más difícil. Todo menos estar solo y libre bajo el cielo estrellado, a la intemperie. Nuestro diputado, por lo demás,  llevaba para la ocasión una camiseta con la estelada y lanzó vivas a Cataluña, que se dirige sin inmutarse a romper la baraja y jugar por su cuenta, y esa debe ser la aspiración última de estos grandes progresistas: conseguir que cada territorio se desgaje, y viva en una especie de paraíso propio, sin los molestos vecinos. No sabemos si una vez independientes procederán a federarse poco a poco de nuevo, pues todo vuelve.  En Navarra no hubo al principio mucho apego a la Constitución. En su día, desde aquella Alianza foral navarra hasta HB, de un extremo a otro, se opusieron a ella y solo la UCD y el socialismo, hay que decirlo, la apoyaron abiertamente y acertaron de pleno, pues bajo su abrigo hemos vivido una época próspera y libre, aunque hay quien no consiga ver lo obvio. Puede que ahora  esta Constitución requiera algún repaso, pero al ver sus hojas rotas por el suelo recordé que para para acabar con ella entraron un día en ese mismo Congreso a tiros, y no lograron.
(Publicado DN 21 septiembre)

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