martes, octubre 06, 2015

Colomo

A pesar de llevar toda la vida haciendo buen cine, el director Fernando Colomo acaba de rodar a duras penas su última película  en Menorca -“La isla bonita” se llama- con cuatro duros, sin guion, vestuario ni luces y con un reparto reducido, incluido él mismo. Colomo tiene 69 años, acaba de separarse y perder su piso y con esas grandes gafas de pasta y su mirada de sorpresa, parece no acabar de creerse lo que le pasa. “Estoy en la ruina”, ha declarado con media sonrisa. Su caso recuerda un poco al de Jorge Sanz, que logró que su decadencia como actor diera lugar a una gran serie “¿Qué fue de Jorge Sanz?”, que lo reivindicó. Los dos bordan el papel de personajes simpáticos, gamberros y de poco de fiar que son,  en el fondo los que más nos atraen: gente capaz de reírse de sí mismos, y mostrarse en falta. Para lo contrario ya tenemos a mucho figurón. Colomo ha vuelto a Menorca, una  isla que le sedujo hace años,  para  rodar una historia que ha ido improvisando,  en la que  hace de sí mismo y se muestra como es, sin disimulo.  Siempre he tenido ganas de rodar un film sin la parafernalia habitual, ha dicho, haciendo de la necesidad virtud. En un cine como el español,  siempre llorando por falta de apoyos,  esto es una lección: la  de que a pesar de las dificultades es el talento y no los medios lo que más cuenta. En realidad, todo arte que merezca la pena nunca se ha hecho con comodidad y aplauso, ni a base de subvenciones, que siempre derivan en amiguismo y compromisos, sino que ha surgido  entre problemas, sorteando limitaciones y pruebas, a contracorriente,  y esa es la enseñanza de Cervantes. La escasez aviva el ingenio. Colomo ha presentado “Isla bonita” en el festival de San Sebastián, como hizo hace muchos años con su primer trabajo, aquella deliciosa “Tigres de papel”, con Carmen Maura y Resines, que retrataba con humor la empanada mental de aquellos progres de los años 80, siempre embebidos de grandes principios, tan nobles como lejanos de la vida real. Desde entonces ha llovido mucho, pero se diría que alguno no se ha dado cuenta. 
(Publicado DN 5 octubre)

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