lunes, noviembre 23, 2015

Algunas lecciones

Bataclan

 El terrible atentado en París, que sin duda buscaba objetivos precisos, seguramente que la opinión pública amedrentada cuestionara el papel  de Francia, también tiene enseñanzas que ofrecer, así le hacemos un poco la cusqui.  Lo primero, que contra lo que se repite a veces como una especie de mantra, no hay que estar “contra toda violencia venga de donde venga”, lo que puede ser un deseo  bienintencionado pero sobre todo una solemne tontería. Si un grupo terrorista tiene secuestrado a 100 personas o está disparando en los cafés será ridículo pensar que la policía debe  limitarse a hablar con ellos y no tengan derecho a intervenir, lo mismo que hay que hacer  frente a un maltratador o alguien que nos quiera arrebatar nuestro derecho. Hace mucho que Weber resumió esto con un conocido enunciado, al señalar que el estado es quien tiene monopolio de la violencia legítima, y no está mal recordarlo, porque hay gente, incluso en lugares relevantes, que no lo debe tener muy claro, o le interesan las equiparaciones odiosas. Entregamos a un grupo de hombres la posibilidad de llevar armas para que nos protejan, usando la fuerza como último recurso y de forma proporcional –lo que es el quid de la cuestión- y si  no fuera así,  sería justamente cuando la violencia imperaría,  y viviríamos bajo la ley del más fuerte.  Esta  violencia no es  en absoluto comparable a las de los terroristas, salvo en estados en que los gobernantes también lo son. La segunda, es que no todas las victimas merecen la misma consideración. Los terroristas de Paris eran seres  humanos y sus familiares estarán muy compungidos, pero han sido víctimas de su propio crimen. No es posible equipararlas o atender a la reparación y memoria de igual forma. Eso sería una nueva humillación para los inocentes muertos, y un mensaje desconcertante para la sociedad.  Por último, está la reacción francesa, que tanto nos ha impresionado: la marsellesa, el  no convertir los atentados en munición política,  la imagen de unidad y fortaleza del país. Todo eso que descubrimos de pronto tan necesario para que no sea el terrorismo el que termine mandando.

(Publicado Diario de Navarra 23/XI)

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