lunes, abril 04, 2016

Montecassino

Durante este viaje a Italia subimos un día a Montecassino, donde Benito de Nursia fundó el primer monasterio benedictino en el siglo VI, un edificio que  resistió desde entonces a duras penas terremotos, incendios y guerras de todo signo, y que fue al final destruido en 1944, durante la segunda guerra mundial. En ese año, el ejército aliado desembarcó en Salerno y fue subiendo la bota italiana camino de Roma, hasta que se topó en Cassino con la cerrada defensa alemana, enzarzándose  en un denodado combate que duró muchos días y causó una enorme sangría.  Los alemanes, que se apostaban en el monte, disparaban contra las tropas del general Clark que veían el monasterio ahí arriba, inexpugnable. Al final, fueron los sufridos polacos quienes se hicieron con la montaña, aunque la mayoría quedó en un gran cementerio que se ve en una ladera.  Días antes, tras muchas dudas,  los aliados habían bombardeado la abadía, que terminó convertida en escombros, advirtiendo a la población mediante un pasquín de que no tenían más remedio.  Por suerte el comandante alemán, en un rapto de lucidez, había evacuado antes a Roma todos los tesoros de su biblioteca, en cuyo scriptorium se habían copiado las obras de la antigüedad clásica y estudiado Tomás de Aquino. Durante la visita, alguien me dijo que hoy no podría pasar algo igual, pero basta mirar alrededor para comprobar que no es así. La guerra de Siria, la huida de miles de refugiados, el furor de acabar con las viejas piedras, no son sino más de lo mismo: la pulsión de muerte que se abre paso, y ciega a los seguidores de cualquier causa. Sin embargo este lugar contiene también una  esperanza. Poco tiempo después, la abadía fue levantada de nuevo,  como  una réplica exacta de la anterior y los códices e incunables volvieron a su sitio.  Libros miniados,  dibujos renacentistas, obras de poetas latinos y filósofos griegos, partituras medievales; todo lo que la persistente  cultura  ha ideado para tratar de eludir la barbarie  está de nuevo allí, como si fuera una victoria de la luz sobre la sombra.
(Publicado Diario de Navarra 4 abril 2014)

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