No había gente el día de año nuevo en que F. me llevó a andar por el camino de Santiago, hacia Puente la Reina, la mañana luminosa era toda nuestra, y subiendo el Perdón, sin ver un alma, yo fui pisando los charcos que estaban todavía helados y emitían un leve chasquido bajo los pies, como si protestaran, parando de vez en cuando para contemplar la ciudad que resplandecía allí abajo, como si alguien le hubiera sacado brillo: los montes cercanos, la silueta de los pirineos al fondo, recortados sobre el cielo azul, hasta que en una curva, entre unos bojes, vi una peregrina coreana con un anorak rojo y la capucha puesta, contemplando el paisaje, ensimismada, y después de saludarla, seguí hacia arriba, siempre en sombra, hacia lo alto y una vez allí, paré junto a la escultura de los caminantes, y sentí de pronto que me sobraba la ropa, el sol pegaba ya con fuerza, el aire era más templado, empezaba ya la ladera soleada que desciende hacia el llano; basta con pasar El Perdón, se sabe, para que el paisaje cambie, crezca la luz y la tierra se serene, y ahora el valle se extendía verde y reluciente bajo el sol rotundo, y entonces recordé la bandera coreana con la imagen del ying y el yang, esa esfera con dos figuras dentro, que se refieren a los dos lados de la montaña: ying es la ladera en sombra, mientras que yang es la iluminada, son los dos polos, pero como el sol se mueve durante el día, el ying y el yang cambian de lugar, lo que antes brillaba se oscurece, nada es nunca lo uno o lo otro, todo contiene el ying y el yang, recordé, ambos se transforman entre sí, son nuestros pasos los que nos llevan sin querer del uno al otro: de lo frio a lo cálido, de lo húmedo a lo seco, del agua al fuego, de lo lento a lo rápido, de la tierra al cielo, de la luna al sol, de la noche al día, de lo femenino a lo masculino, del hielo de la mañana a la piedras del camino que conduce dócil hacia a los pueblos; el día, pensé, no precisaba nada más, solo andar gozosamente hacia alguna parte, del yang nuevamente hacia lo ying, sin que al mismo tiempo importara el destino.
(Publicado DN 5-I-2015)
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