En su reciente viaje por EEUU Pedro Sánchez, líder del Psoe, se ha perdido. Parece que salió a la hora camino de la Universidad de Fairfax, en Virginia, donde iba a mantener un encuentro con los alumnos, y donde le esperaban también el rector y el embajador de España, pero Sánchez y su séquito debieron confundirse y después de una hora, los que le esperaban dieron el acto por concluido. “Espero que el señor Sánchez dirija un país mejor que lo que maneja el GPS”, disparó el rector en su twitter, molesto con el esquinazo de Sánchez. Puede que él no tenga culpa alguna, pero estos detalles en política son vitales. Young Sánchez, que es como le apodan algunos, como aquel boxeador que aspiraba en vano a llegar a lo más alto en una novela de Aldecoa, parece siempre un hombre razonable, bien peinado, sin coleta, que viste con pantalón pitillo, camisa lisa sin corbata y americana entallada, tipo comentarista deportivo. Pensarán que describir su atuendo es una frivolidad, pero eso es que no han leído a Trapiello que hace poco explicó que la contienda política que nos espera el 2015 –locales, catalanas, generales, la gota malaya- es en parte una cuestión de vestimentas o, como dice él, de indumento. Parece que el líder de Podemos, por ejemplo, ya ha acusado a los socialistas de estar copiándole la camisa, y estos de hacer lo mismo con el programa, y nos remontaríamos a tiempos de las chaquetas de pana para explicar la importancia de la imagen, que se confunde cada vez más con la sustancia de la política. Sánchez, en realidad, ha sido víctima de una metáfora, como otros de un micrófono abierto. ¿Cómo guiar un país si no es capaz de llegar a una cita? En realidad, dirigir un país se parece mucho a la función de un GPS, como bien explicó Savater hace tiempo, al decir que el papel que él quería en UPyD, era ser GPS y no mapa. Lo importante para usar el GPS es saber dónde se quiere ir, marcar el objetivo. Luego vendrán los avatares de la carretera, los detalles, pero tener un destino y no dar vueltas alrededor de Fairfax, es una ventaja. Política de GPS, no solo de mapa, es lo se necesita en este momento, y no solo de Sánchez.
(Publicado DN 19-I)
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