lunes, febrero 02, 2015

Pobreza

Sebastiao Salgado
Manos Unidas me manda su boletín y su campaña de este año que titula “luchamos contra la pobreza”, que parece algo que hemos oído muchas veces, una frase hueca, pero que en este caso no es así, pue se trata de  una gente pegada  a la realidad, un grupo de mujeres, sobre todo, que lucha hace años contra el hambre y que hace cosas, muchas cosas,  en un mundo donde a algunos les basta con hablar. A mí me llama la atención  la palabra pobreza, que es equívoca, y me recuerda  a ese mendigo que veía desalojar un hotel de lujo por amenaza de incendio,  a señoras en camisón saliendo a toda prisa salvando sus joyeros.  “Pobre gente”, se dolía el mendigo. Pue eso. Pobre mundo el nuestro acobardado y pendiente de objetos y satisfacciones, con cada vez menos lugar para la palabra, la singularidad y el amor.  Una cosa que tiene la pobreza es que designa cosas distintas, que no es igual en todas partes. Cuando algunas organizaciones que quieren mover nuestra conciencia dicen que aquí ha aumentado la pobreza, lo cual es verdad,  hay que decir que la vara de medir es distinta, y el pobre de aquí es casi un potentado en otros sitios donde no hay de nada, y menos que nada esperanza. Este es el momento de cierta esperanza, cuando el sistema político salta por los aires y se advierte una reacción en la gente, aunque todo sea todavía muy confuso, cuando parece que podemos ir saliendo de la crisis, lo que es bueno también para la colaboración con los que son  pobres  de verdad, sin futuro, sin cobertura alguna y sin red, para apoyar a países, no con dinero sin control que al final es para gobernantes corruptos, sino con proyectos concretos de ONGs comprometidas. El camino debe ser que estos países salgan por sí mismos, y por eso economistas africanos de prestigio como Dambisa Moyo piden no tanto ayuda,  sino que se faciliten iniciativas de empresas, apoyo a proyectos propios, condiciones para la  actividad económica que saque a la gente de la pobreza y termine con la dependencia con los países ricos y sus ayudas. Luchar contra la pobreza es una causa noble, a la medida de lo mejor de nosotros, pobres también de solemnidad,  de otra manera.
(Publicado DN 2/II/2015)

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