lunes, marzo 16, 2015

Albert

“No queremos en Andalucía a un político que se llame Albert”, ha declarado el delegado del gobierno en esa comunidad, Antonio Sanz. “No me gusta que se la gobierne desde Cataluña”.  No sabemos de dónde hay que ser  y como llamarse para que le parezca bien a este hombre. ¿Hay que ser Pepe y de Chipiona, o vale con ser de Murcia? Habíamos oído acusar al Cs de ser  muy de  izquierdas o muy de derechas, depende, o de haber crecido a cualquier precio, pero esto es distinto. Este tipo de veto a los catalanes para acceder al gobierno es ridículo y no hace sino dar pábulo a todo el victimismo con que algunos se presentan, y a  la idea de Mas y compañía de que a los catalanes, en el fondo,  no se les quiere ni se les respeta  y lo mejor que pueden hacer es abandonar España. Es cierto que en campaña se dicen muchas tonterías, y que el aumento de expectativas de Cs, junto con Podemos, crean alarma entre sus competidores -incluida Rosa Diez, que no da crédito a tanta injusticia-  pero a Sanz habría que sacarle tarjeta roja. Poner el veto a  alguien por su origen, algo que ha dado lugar a tantos abusos y horrores en el pasado, es inaceptable y recuerda, por cierto,   a los feos escraches que hemos visto por aquí, en los que se ataca al alcalde por ser uruguayo –al parecer hay que ser de Pamplona de toda la vida para gobernar-  y no son sino pura caverna.  Lo malo, en el caso de Sanz, además, es que esta descalificación se haga con alguien como Albert Rivera y su partido,  que han sido los que con más claridad e inteligencia han mantenido la oferta de un  españolismo integrador  en Cataluña, explicando las  ventajas de  vivir en común y la ruina moral y económica de la deriva independentista.  Es el  PP el que se ha puesto de perfil allí, y les ha dejado el campo libre. La agresividad de parte del PP contra el partido de Rivera que es,  posiblemente, el único con el que le sería posible llegar a algún acuerdo tras  elecciones,  puede que le sirva  para ganar algún voto, pero le hará perder el de aquellos que vean en estas bravatas algo  revelador.
(Publicado DN 16 marzo)

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