sábado, abril 11, 2015

Garza


Pasó una gran garza por  el cielo, batiendo lentamente sus alas, y fue a parar frente a la presa del Irati, junto a las pasarelas, por donde todavía, después de las riadas de este invierno,  baja el agua con fuerza, limpia y rápida, sorteando los grandes troncos varados en la corriente, y se puso a mirar la lámina verdosa del río a la espera de algún bocado, inmóvil, hasta que de vez en cuando volvía su cuello y miraba de soslayo como si esperase a alguien.  En una isleta cercana  había florecido un arbolillo, vestido de pronto de un blanco refulgente, y el día compuso de pronto un paisaje japonés, como si el monte Fuji apareciese en el horizonte o el portentoso paisaje de los cerezos en flor que rodean al   castillo de Himeji, también llamado  de la garza blanca, que estos días visitan los niños y luego pintan en sus cuadernos junto a la cuidado caligrafía de los kanji, apareciera con sus tejados blancos y achinados, junto a la imagen de una garza o una grulla, que son animales de buena suerte.  Recuerdo que mi amigo R., que hacía figuras de origami, ese arte japonés de plegar el papel de arroz, lograba hacer una grullas con gran  esfuerzo, pues este arte requiere gran precisión, y mientras manipulaba el papel con cuidado, como una bomba, me contó que si uno hace mil grullas se cumple cualquier deseo, pasa lo mismo  que al tirar una moneda al agua, por ejemplo, o soplar una llama, como si los deseos se alcanzaran siempre  por caminos oblicuos  y uno de ellos fuera  lograr  las mil grullas del origami. Se cuenta que una niña de Hiroshima que sufrió leucemia después de aquel terrible bombardeo, intentó llegar a mil pero murió cuando había plegado 644,  Sasiki, se llamaba, es una historia triste y a la vez de esperanza,  propia de este día de fiesta y de sol  en el que la gente desfila  junto al río, como si llevara una ofrenda,  y todo el paisaje está en trance de resucitar, cosa que según un viejo relato sucederá en unas horas, y miran a  la garza con la boca abierta, cuando grita de pronto y eleva el vuelo, inclinada, batiendo sus alas muy despacio.   (Publicado DN 6 abril)




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